Placas solares para vivienda unifamiliar

Cada día llega al planeta energía suficiente como para suministrar a todo el mundo durante un año. Y, a diferencia de los combustibles fósiles, este tipo de energía permite reducir considerablemente la factura de la luz y ser más independiente de la red pública. Esto la convierte en una solución muy rentable y en una inversión a largo plazo.
Pero además, gracias a ella, podemos reducir notablemente la huella ecológica. No libera emisiones peligrosas de dióxido de carbono (CO2). Con lo cual, estaríamos ayudando a prevenir daños al medio ambiente y a ralentizar el cambio climático.

El autoconsumo solar es el uso de energía que produce una instalación fotovoltaica para nuestro consumo personal y que supone un impresionante ahorro económico y de energía. Una instalación de autoconsumo está formada por paneles fotovoltaicos que se encargan de captar la luz del sol para producir energía y por un inversor solar, que convierte la energía eléctrica continua en alterna para suministrar energía la vivienda y a los electrodomésticos.

La gran ventaja es que es posible combinar la energía solar con la red eléctrica, priorizando la energía de los sistemas fotovoltaicos. De esta forma, es posible lograr una notable reducción de la factura de la luz.

Su funcionamiento es muy sencillo. La vivienda recurre al punto de energía más próximo para suministrarse. Primero se alimenta de las placas solares y, después, si es necesario, de la red eléctrica convencional. Ambos se complementan, por lo que se evitan los cortes eléctricos. Pero además, la instalación puede producir excedentes que se vierte a la red eléctrica, compensando la energía que no se genera durante la noche o en días nublados, por ejemplo.

Cada vivienda o edificio presenta unas características distintas. No obstante, en casi todos los casos se puede instalar paneles solares. De hecho, podemos decir que casi no existen cubiertas en las que no sea posible instalar una estructura para paneles solares. Las únicas son las de paja, ya que no son lo suficientemente robustas como para soportar el peso de los paneles. En contraposición, las cubiertas planas son las más óptimas para las instalaciones fotovoltaicas, ya que se puede dar a las placas la inclinación y la orientación más favorables.

La existencia de tantos tipos de tejado ha hecho que los fabricantes hayan adaptado los soportes y herrajes a las particularidades de cada tipo de cubierta. Además, se han desarrollado numerosos mecanismos que favorecen la instalación de placas solares en prácticamente cualquier tipo de tejado. En algunos casos más complejos que otros, lo que puede encarecer el presupuesto final.

Eso sí, hay que tener en cuenta que en algunos casos nos encontraremos con algunos inconvenientes debido a la resistencia de la propia estructura del tejado, normalmente relacionada con una mala orientación o inclinación.

Así pues, es fundamental que un experto cualificado y con experiencia sepa escoger cuáles son los perfiles y adaptadores más apropiados, e instalar la estructura para placas solares de forma idónea, con las protecciones adecuadas para evitar las filtraciones.

Existen tres ayudas principales para la instalación de paneles solares:

• Las bonificaciones del IBI según la población.
• Las ayudas Next Generation de los fondos Europeos.
• Deducción 20% del IRPF que otorga Hacienda en ciertos casos.

El precio de los paneles solares puede variar en función de varios factores. Lo más importante a tener en cuenta es la marca, ya que encontramos distintas marcas en el mercado con calidades distintas. Otro factor a tener en cuenta es el color del panel, puesto que los paneles negros son más caros que los azules. También determinará el precio, la medida del panel y su rendimiento. Por lo general, el tamaño determina la capacidad de producción de energía del panel y su rendimiento. Finalmente, otro factor determinante del precio es la garantía, ya que podemos encontrar garantías de hasta 25 años. Así pues, el precio medio de un panel suele ser entre 250€ y 350€ según estos factores.

Una instalación fotovoltaica se realiza en unos 2 meses de media. El primer paso es realizar un estudio energético para dimensionar la instalación fotovoltaica y escoger los productos más idóneos. Seguidamente, Solfy se encarga de presentar la memoria técnica al ayuntamiento, así como los permisos de obra. Una vez realizados los trámites, ya empezamos con la instalación de los paneles.

Primeramente, realizamos la instalación de los soportes donde posteriormente instalaremos los paneles solares. Una vez están los paneles colocados es el momento de instalar el cableado eléctrico y conectar el sistema al inversor solar. Finalmente, pasamos a conectar el inversor a la red y a la batería solar, en caso de disponer de una. Con toda la instalación realizada ya la podemos poner en marcha.
Aproximadamente entre 4-8 semanas de finalizar una instalación, los organismos oficiales autorizan su funcionamiento para poder autoconsumir la energía solar. También es el momento de pedir las bonificaciones del IBI y las subvenciones disponibles.
Desde Solfy nos ocuparemos de realizar toda la instalación y todos los trámites previos y posteriores a la instalación para que no tengas que preocuparte de nada.

Las baterías tienen una función importante dentro del autoconsumo eléctrico. Son las encargadas de almacenar toda la energía eléctrica de los paneles solares, permitiéndonos así hacer uso de aquella energía acumulada (excedente) en los momentos en los que no se produce electricidad.
El sistema de baterías ayuda, por lo tanto, a mejorar la eficiencia energética, incrementando la rentabilidad de la instalación y proporcionando una mayor independencia de la red eléctrica.

El funcionamiento de las baterías es simple. Como ya hemos mencionado anteriormente, se encargan de almacenar aquel excedente que se genera en los paneles solares para que podamos hacer uso de la energía eléctrica en aquellos momentos en los que no haya luz solar (por la noche, durante un día nublado…). Cada batería cuenta con una capacidad de almacenamiento de energía solar que varía en función de la velocidad de descarga, es decir, cuanta mayor capacidad de Ah más grande es la cantidad energética que nuestra batería puede suministrar.

Si tenemos en cuenta una instalación de autoconsumo de unos 5.000kW de consumo anual, el número de paneles necesarios para ser autosuficiente oscilará en torno a 5 y 7 placas.

Cabe recalcar que esta operación es orientativa, por lo que, para conocer de forma exacta cuántos paneles solares son suficientes en nuestra instalación, habrá que tener en cuenta ciertos factores. 

Los ingenieros dimensionan las instalaciones fotovoltaicas en función a los siguientes criterios:

• Potencia: para calcular el número mínimo de paneles en tu instalación hay que dividir la demanda energética entre la potencia que tienen las placas. Es decir, cuanto mayor sea la potencia de las placas, menos paneles necesitarás. 

• Rendimiento: cabe recalcar que los paneles fotovoltaicos de alto rendimiento pueden llegar a producir hasta un 25% más de energía que las placas económicas. Por lo tanto, habrá que tomar en consideración esta opción si disponemos de poco espacio, ya que se pueden instalar menos paneles con una mayor producción de energía.
• Horas de luz anuales: Las horas de luz son un factor que repercute a la hora de calcular cuántos paneles son necesarios en una instalación ya que, en los lugares nublados o con poca luz solar, la producción se reduce mucho.
• Orientación y ubicación de la instalación: para aumentar la eficiencia, los paneles se instalan con orientación al sur con una inclinación de 30º- 40º. Además, habrá que tener en cuenta dónde se encuentra el tejado y el espacio del cual dispone para las placas.

Para llevar a cabo una instalación de placas solares, el primer paso que habrá que seguir será el de contratar una empresa instaladora que se encargue de todas las gestiones, como es el caso de Solfy.

Una vez contactada la empresa, empezaremos a considerar los trámites para llevar a cabo la instalación de autoconsumo. 

Estos trámites se dividen en dos: los trámites administrativos antes de realizar el montaje y los trámites que se llevan a cabo después de que los paneles estén colocados.

Las gestiones antes de la instalación fotovoltaica son las siguientes:

• Realización de una memoria técnica: en el caso de las instalaciones residenciales de autoconsumo es necesario que el instalador nos prepare una memoria descriptiva del proyecto.

• Permisos de acceso y conexión a la red: en suelo rústico serán necesarios los permisos de acceso a través de nuestro instalador.

• Declaración responsable de comunicación de obra: este trámite sustituye a las licencias de obra en gran parte de las Comunidades Autónomas. Es por ello que en todos los municipios de las CCAA habrá que avisar a los Ayuntamientos sobre la ejecución de la obra.

• Autorización administrativa previa y de construcción: esta es únicamente obligatoria para instalaciones grandes de más de 100kW.
• Autorización de utilidad pública y ambiental: al igual que en las autorizaciones administrativas de construcción, sólo es obligatoria para instalaciones de gran consumo.

Los trámites a realizar a posteriori de la instalación son:

• Certificado de fin de obra: cabe presentar el certificado de instalación de placas solares en el caso de proyectos residenciales y el certificado de fin de obra firmado para aquellos proyectos industriales de gran tamaño.

• Inspección inicial e inspecciones periódicas: para grandes proyectos se deberá realizar una inspección por parte de un Organismo de Control Autorizado, que no será necesario para instalaciones de Baja Tensión. 

• Autorización de explotación: es un trámite autonómico similar al certificado de instalación.
• Contrato de compensación de excedentes: este es uno de los trámites que más nos puede interesar. Para poder compensar la energía solar vertida a la red, deberemos realizar un contrato de compensación de excedentes con la empresa comercializadora.

El mantenimiento de las placas solares de manera periódica asegura un funcionamiento óptimo de toda la instalación. Es verdad que el ciclo de vida de las placas solares de calidad puede ir más allá de los 25 años, pero dependerá mucho de otros factores, del cuidado constante de estos dispositivos y de toda la infraestructura.
La limpieza es indispensable, pero también lo es realizar un mantenimiento profesional que pueda ser llevado a cabo por una empresa especializada. Por lo general, este tipo de compañías cuentan con profesionales con mucha experiencia y conocimiento sobre los diferentes elementos que conforman el sistema, como el cableado, los inversores, los paneles de control o el contador bidireccional, por ejemplo. Ten en cuenta que un mantenimiento incompleto o mal ejecutado puede traer como consecuencia que la instalación pierda hasta un 30% de su efectividad en algunos casos.
Así pues, el mantenimiento preventivo es clave para que todo funcione correctamente, reduciendo las posibilidades de anomalías, degradación o mal funcionamiento. Si durante este tipo de revisiones se detecta cualquier problema, se llevará a cabo un mantenimiento correctivo para reemplazar o arreglar los elementos defectuosos.

Solfy sólo trabaja con los mejores fabricantes y distribuidores. Ofrecemos materiales con garantías de hasta 25 años de fabricación y producción. 

Teniendo en cuenta que la amortización oscila entre los 4-6 años y que podemos financiar la instalación en cómodas cuotas mensuales desde 42€ /mes, sin inversión inicial hasta los 10 años, la perspectiva es prácticamente inmejorable.

Actualmente, lejos de existir impuestos a la generación de energía fotovoltaica hay muchas bonificaciones y ayudas económicas por la instalación de un sistema fotovoltaico.
Hace unos años, se estableció un impuesto a la generación de energía fotovoltaica, pero en abril de 2019 se modificó el marco normativo que regula el autoconsumo, suprimiendo dicho impuesto.

Aunque muchas personas creen que los paneles fotovoltaicos no captan la luz del sol en días nublados, esto no es cierto. Obviamente, no generarán la misma energía en días nublados o de lluvia que en un día soleado, pero no quiere decir que no capten energía.
Con lo cual, las placas solares pueden funcionar perfectamente tanto en zonas nubladas como soleadas. Incluso se han llegado a registrar enormes captaciones de energía solares en lugares que no suelen ser muy conocidos como tener un sol potente, como Alemania, Boston o San Francisco.
Pero también funcionan los días de lluvia, por lo que incluso en temporadas de lluvia podrás seguir ahorrando en tu factura de la luz y además tus placas se mantendrán limpias. Y, por supuesto, están preparadas para soportar las adversidades climatológicas, como el granizo.

Por lo general, los paneles solares se montan en paralelo al tejado, quedando poco espacio entre la parte de abajo y la superficie. Esto ayuda a que el conjunto de placas permanezca muy estable. Los fuertes vientos se deslizan sobre los paneles sin generar demasiada fuerza hacia arriba. Aunque, lógicamente, cuando mejor sea la instalación más resistente será al viento. Incluso si el viento fuera muy fuerte, existen pernos de resistencia industrial que sujetan los módulos al tejado, lo que asegura firmemente los paneles solares.
Un diseño lo más aerodinámico posible sumado a una sujeción idónea por parte del instalador asegura que las placas fotovoltaicas no se muevan del tejado mientras este se encuentre en un estado óptimo durante una tormenta extrema. Pudiendo incluso llegar a soportar vientos de hasta 225 km por hora antes de empezar a tener problemas. Con lo cual, las instalaciones solares son adecuadas para cualquier zona, incluyendo aquellas que son más propensas a circunstancias climáticas extremas.

Al producir nuestra propia energía, es posible que en determinadas horas produzcamos más energía de la utilizada. En caso de no disponer de baterías, la energía sobrante se verterá a la red. Esta energía se la quedará tu compañía eléctrica a un precio acordado que luego se te descontará en tu factura de la luz. Aun así, nunca podremos llegar a ganar dinero vendiendo energía, solo podremos compensar parte de nuestra factura eléctrica. También es necesario tener en cuenta que siempre deberemos pagar los términos fijos de la misma: potencia, alquiler de contador…

Una  instalación fotovoltaica dispone de un contador que mide en todo momento la producción y el consumo eléctrico de la vivienda, para que en las horas de menos sol podamos acceder a la energía de la red eléctrica, sin que se pueda apreciar nada en la vivienda. Para poder ahorrar al máximo es recomendable conectar los electrodomésticos que consuman más durante las horas de sol. 

En cualquier caso, la energía que no consumamos se volcará a la red eléctrica en forma de excedente energético y, una vez debidamente gestionado con la Comunidad Autónoma y distribuidora, la comercializadora eléctrica deberá compensar dicho excedente energético en tu factura de la luz.