
Aerotermia
Guía completa sobre cómo instalar un sistema de aerotermia

Daniel Nebot
16 de julio de 2025
La aerotermia es, actualmente, una de las soluciones de climatización más eficientes y sostenibles que existen. Un sistema que utiliza la energía del aire exterior para generar calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria (ACS).
Sin embargo, hay un componente que, aunque no siempre es obligatorio, puede mejorar significativamente el rendimiento y el confort térmico de este tipo de instalaciones: el depósito de inercia.
Por eso, si estás pensando en instalar este tipo de sistema para tu vivienda, a continuación te explicamos cómo funciona y cuáles son sus ventajas para que puedas saber si es la mejor opción para ti.
La principal función de un depósito de inercia es almacenar el agua fría o caliente que genera la bomba de calor y liberarla de forma controlada en el momento oportuno.
Imagina un acumulador de agua que conserva la temperatura de un líquido durante horas. De forma similar, el depósito de inercia almacena la energía térmica generada, actuando como un amortiguador o buffer, garantizando una distribución eficiente y constante del calor o el frío en todo momento.
Sin embargo, aunque ambos almacenan energía, el acumulador de agua solamente almacena agua caliente sanitaria (ACS) para el uso diario, mientras que el depósito de inercia está diseñado para almacenar la energía generada por el sistema de aerotermia y distribuirla a los sistemas de calefacción o refrigeración, como radiadores o suelo radiante.
Además, el depósito de inercia está diseñado para reducir los arranques y paradas del sistema, mejorando la eficiencia y prolongando la vida útil de la bomba de calor.
Cuando integramos un depósito de inercia en un sistema de aerotermia, se asegura un flujo constante de energía térmica, sin las fluctuaciones que suelen producirse cuando la bomba de calor arranca y para constantemente. Pero, ¿cómo funciona con los diferentes tipos de calefacción?
En instalaciones con radiadores, el depósito de inercia permite una distribución más uniforme del calor generado por la bomba de calor. Cuando la bomba de calor está funcionando, el agua caliente circula por el sistema de radiadores.
Sin embargo, si la demanda de calefacción no es constante, el depósito almacena el exceso de calor. De esta manera, cuando la temperatura de la vivienda empieza a descender, el depósito libera el calor acumulado, manteniendo una temperatura estable sin que el sistema tenga que arrancar y detenerse constantemente.
Gracias a ello, no solo se mejora la eficiencia, sino que, además, se reduce el desgaste de los radiadores y de la bomba de calor, lo que puede suponer un importante ahorro en costes de mantenimiento a largo plazo.
Los sistemas de suelo radiante funcionan a bajas temperaturas, distribuyendo el calor de manera uniforme a través del suelo. En este caso, el depósito de inercia actúa de forma similar: almacena el calor generado y lo distribuye de manera constante a través de las tuberías del suelo radiante.
Una de las grandes ventajas de la integración del depósito de inercia en este tipo de instalaciones es que reduce significativamente los picos de demanda energética, mejorando la eficiencia y reduciendo la frecuencia de arranques y paradas de la bomba de calor.
Además, al mantener la temperatura del agua constante, se consigue un confort térmico superior, sin los cambios de temperatura que suelen generar otros sistemas de calefacción.
Para entender cómo puede mejorar el rendimiento de tu instalación de aerotermia con un depósito de inercia, es conveniente que entiendas cuáles son las principales características de este componente:
La capacidad de un depósito de inercia varía según las necesidades de cada instalación, pero generalmente oscilan entre los 20 y los 100 litros. Para determinar el tamaño adecuado, deben tenerse en cuenta tres aspectos clave:
El depósito de inercia suele estar fabricado en acero de alta calidad, lo que le confiere una gran resistencia y durabilidad. Además, dispone de aislamiento térmico de alta densidad para minimizar las pérdidas de frío y calor, y mejorar la eficiencia del sistema.
El depósito de inercia se conecta tanto al circuito primario (a la bomba de calor) como al circuito secundario (a los radiadores, suelo radiante, fancoils, etc.). Normalmente, las conexiones se realizan a través de tuberías de cobre o multicapa, garantizando una distribución de la energía térmica más eficiente.
Aunque no es obligatoria en todos los sistemas de aerotermia, la instalación de un depósito de inercia puede resultar muy ventajoso en determinados casos.
En términos generales, la combinación de aerotermia con depósito de inercia es especialmente útil en viviendas grandes o en zonas con inviernos fríos. Pero también es recomendable para maximizar la eficiencia del sistema, especialmente cuando se combinan con paneles solares.
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Si estás valorando la posibilidad de instalar un sistema de aerotermia con depósito de inercia, hay varios casos en los que puede ser altamente recomendable:
Instalar un sistema de aerotermia con depósito de inercia permite mejorar la eficiencia energética y optimizar el rendimiento de la instalación en términos globales. A continuación, te explicamos algunas de las principales ventajas:
El depósito de inercia permite almacenar el calor o el frío generado por la bomba de calor de la aerotermia, reduciendo así el número de ciclos de arranque y parada del sistema. En lugar de ello, el calor almacenado en el depósito se distribuye de forma más constante.
La principal función del depósito de inercia es amortiguar los cambios de temperatura, ayudando a evitar los arranques y paradas innecesarias de la bomba de calor. De esta forma, se favorece un funcionamiento más estable y se genera menos estrés en los componentes del sistema, alargando su vida útil y evitando costosas reparaciones o reemplazos a corto plazo.
Gracias a su capacidad para almacenar energía térmica, el depósito de inercia permite una distribución de la temperatura más uniforme y constante, evitando los picos de frío y calor, y mejorando el confort en el interior de la vivienda.
Aunque la instalación de un depósito de inercia añade un coste extra a la instalación, su potencial para optimizar el rendimiento de este tipo de sistemas nos permite disfrutar de un importante ahorro a largo plazo.
El depósito de inercia permite una mayor flexibilidad en la gestión del sistema de aerotermia, funcionando como un regulador de temperatura. Gracias a ello, podemos ajustar el sistema a nuestras necesidades o patrones de consumo sin que esto afecte al rendimiento de la bomba de calor.
Además, al tener un almacenamiento de energía térmica, podemos aprovechar mejor las tarifas eléctricas más económicas, programando la carga del depósito durante horas de baja demanda o tarifas nocturnas. Permitiéndonos adaptar la climatización de nuestro hogar a nuestras rutinas diarias.
En resumen, instalar un sistema de aerotermia con depósito de inercia es una magnífica decisión para mejorar su eficiencia energética, optimizar su rendimiento y alargar la vida útil de tus equipos. Actuando como un amortiguador, ayudando a equilibrar las fluctuaciones de temperatura y garantizando un suministro constante de frío y calor.
Además, reduce el número de paradas y arranques de la bomba de calor, mejorando el rendimiento y reduciendo el desgaste de los componentes, lo que se traduce en un importante ahorro a largo plazo.
Si estás valorando esta opción de instalar aerotermia con depósito de inercia, es conveniente que busques asesoramiento experto para poder tomar la mejor decisión.
En Solfy somos expertos en este tipo de sistemas, contando con un gran equipo de profesionales que te brindarán un asesoramiento personalizado para encontrar la solución más adecuada para tu hogar según el tamaño de tu vivienda y tus necesidades energéticas específicas.
Además, trabajamos con los productos más modernos y eficientes del mercado para garantizar que tu instalación sea sostenible, rentable y de alto rendimiento. De manera que puedas reducir al máximo tu consumo energético y disfrutar de un mayor confort térmico.