¿Puede una tormenta geomagnética dañar mis placas solares?

Una tormenta geomagnética es una perturbación temporal en la magnetosfera generada por el sol. Pudiendo estar causada tanto por una eyección de masa coronal como por un incremento en la presión ejercida por el viento solar. En el segundo caso no entraña mucho peligro, pero en el segundo puede tener consecuencias perjudiciales sobre las ondas de radio y sistemas de navegación.

Las tormentas geomagnéticas tienen tres fases. Una primera en la que la luz ultravioleta y los rayos X ionizan la capa superior de la atmósfera y que pueden producir interferencias en las comunicaciones por radio. Una segunda en la que se desata una tormenta de radiación, que puede ser peligrosa para cualquier ser vivo del espacio. Y una tercera en la que se genera una nube de partículas cargadas que provoca fluctuaciones electromagnéticas al chocar contra la magnetosfera, dañando los dispositivos electrónicos.

¿Cómo afectan las tormentas geomagnéticas a las placas solares?

En algunas zonas del Círculo Polar Ártico, las tormentas geomagnéticas han generado cambios en el clima y han dado lugar a un aumento de auroras boreales, pero no hay evidencias de que hayan tenido efectos negativos sobre las personas, los animales o la vegetación en otras regiones del mundo. Sobre todo en España y en zonas alejadas del polo magnético terrestre. Y tampoco se han hallado averías o desperfectos en los equipos electrónicos debido a ello, incluyendo los paneles fotovoltaicos o sistemas de transformación eléctrica y autoconsumo solar.

Pero, ¿están entonces tus placas solares a salvo si se produjera una tormenta geomagnética de gran magnitud? La mayor tormenta solar de la que se tiene constancia ocurrió entre 1840 y 1880, cuando todavía faltaban más de 50 años para que aparecieran los primeros transistores que dieron lugar a toda la tecnología que se fabrica hoy en día.

La cuestión es que sería necesaria una tormenta solar de intensidad 5G para que nuestros dispositivos móviles, electrodomésticos y elementos electrónicos quedaran dañados. El único riesgo al que estarían expuestos nuestros paneles solares con una tormenta G4 sería que se produjera una desconexión en el caso de que la red eléctrica dejara de funcionar y tuviéramos nuestra instalación conectada a ella. No obstante, se reactivarían cuando la red volviera a estar funcionando. Con lo cual, tus placas solares están a salvo si se produjera una tormenta geomagnética.

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Además, hay que tener en cuenta que los sistemas fotovoltaicos están dotados de una tecnología muy sencilla. En la transformación de la energía solar en energía eléctrica no hay procesos afectados por la radiación magnética del ambiente.

Todo este proceso no es más que una reacción física en la que las celdas fotosensibles activan neutrones e iones, dando lugar a cargas negativas y positivas. Dichas cargas viajan a través de una red de cables hasta llegar a un inversor de corriente y un acumulador. Y de ahí va hasta nuestras viviendas o hacia la red pública, de modo que no existen riesgos  de alteraciones en las ondas magnéticas.  Pero además, la superficie de los paneles solares están preparados para resistir aumentos de radiación solar sin problema.

Sofía Rodríguez Buñuel
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