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Techos con amianto y placas solares: el obstáculo invisible para la transición energética
Sofía Rodríguez Buñuel
16 de septiembre de 2025
La energía solar sigue creciendo en España, pero bajo muchos tejados aún se esconde un problema del pasado que amenaza el futuro: el amianto. También conocido como uralita, este material, prohibido desde 2002, sigue presente en más de 3 millones de cubiertas en todo el país. Su retirada es prioritaria no solo por salud pública, sino también para avanzar en la instalación de sistemas fotovoltaicos.
El amianto, también conocido como asbesto, es un mineral fibroso de origen natural que durante décadas se utilizó en la construcción por sus propiedades excepcionales: resiste el fuego, es aislante térmico y eléctrico, y su coste era muy bajo. En España, uno de sus usos más comunes fue en cubiertas de fibrocemento, comercializadas bajo el nombre de uralita, hasta el punto de que ambos términos se usan indistintamente hoy en día.
El problema del amianto surge cuando este material envejece, se rompe o se manipula. Entonces, libera microfibras invisibles al ojo humano que, si se inhalan, pueden alojarse en los pulmones y permanecer allí durante años, generando graves enfermedades respiratorias como:
Estas enfermedades no aparecen de inmediato. Su periodo de latencia puede ser de 20 a 40 años, lo que dificulta su detección temprana y agrava sus consecuencias. Por ello, su uso quedó prohibido en España en 2002, en línea con la normativa europea, y desde entonces está considerado residuo peligroso de categoría I.
El problema es que, aunque su uso esté prohibido, su presencia sigue siendo masiva. Se estima que más de 3 millones de edificios en España aún tienen elementos con amianto, muchos de ellos en cubiertas, bajantes, depósitos de agua o canalizaciones antiguas. Y mientras permanezcan ahí, representan un riesgo potencial para la salud y una barrera para avanzar hacia la sostenibilidad energética.
Las cubiertas con amianto están clasificadas como estructuras no aptas para instalaciones fotovoltaicas, por varios motivos:
💡 Si estás pensando en instalar placas solares, lo primero que debes saber es si tu tejado tiene amianto. Y si lo tiene, toca retirarlo antes de iniciar cualquier proyecto de autoconsumo.
La retirada de amianto no es una obra convencional. Es una operación regulada, delicada y de alto riesgo, que debe ser ejecutada exclusivamente por empresas acreditadas e inscritas en el RERA (Registro de Empresas con Riesgo por Amianto). Estas empresas cuentan con personal formado, equipos de protección especializados y autorización para manipular y eliminar este residuo peligroso.
El proceso se divide en varias fases clave:
Antes de intervenir, se realiza un diagnóstico de la cubierta, identificando el tipo y estado del amianto. A partir de ahí, se redacta un plan de trabajo que debe ser aprobado por la autoridad laboral correspondiente (normalmente, el Instituto Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo). Este plan detalla los procedimientos de seguridad, confinamiento, protección y gestión de residuos.
Los operarios trabajan con equipos de protección individual (EPIs), trajes herméticos y mascarillas con filtros especiales. Se instalan medidas colectivas de seguridad, como sistemas de encapsulado, duchas de descontaminación y zonas de exclusión para evitar la dispersión de fibras. El objetivo es minimizar cualquier liberación de partículas al entorno.
Una vez retirado, el amianto se embala y sella según los requisitos normativos. Se etiquetan los residuos y se transportan a vertederos específicos para materiales con amianto, que cumplen con condiciones muy estrictas de confinamiento. En España, estos vertederos son escasos y tienen capacidad limitada, lo que a menudo eleva los costes logísticos.
Tras la retirada, se procede a la reconstrucción de la cubierta con materiales modernos, seguros y compatibles con sistemas fotovoltaicos. Es el momento ideal para mejorar el aislamiento térmico, aumentar la durabilidad del tejado y dejarlo listo para la instalación solar. También es una oportunidad para adaptar la cubierta a nuevas normativas de eficiencia energética y seguridad estructural.
En proyectos de autoconsumo industrial, esta fase puede suponer entre un 30 % y un 50 % del presupuesto total, pero también aporta un valor estratégico:
En Solfy, te ayudamos a gestionar todo este proceso de forma integral, combinando la retirada profesional del amianto con una instalación solar eficiente, legal y 100 % segura.
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Sí. Cada vez más comunidades autónomas están activando programas de ayudas específicas para facilitar la retirada del amianto y acelerar la transición energética en cubiertas afectadas. Estos programas no solo apoyan la eliminación segura del fibrocemento, sino que también premian a quienes apuestan por la energía solar como solución sostenible tras la rehabilitación.
Comunidades como Cataluña, Navarra, Castilla-La Mancha, Andalucía o la Comunidad Valenciana ofrecen convocatorias anuales que financian una parte importante de los costes de desmontaje, gestión y transporte del residuo peligroso.
Muchos ayuntamientos ofrecen reducciones en el IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) y en el ICIO (Impuesto de Construcciones) si se rehabilita una cubierta y se instala un sistema de autoconsumo. Estas bonificaciones pueden suponer ahorros adicionales de hasta el 50 % durante varios años.
La retirada de amianto y la instalación de paneles solares pueden beneficiarse de forma conjunta de los fondos europeos Next Generation, siempre que el proyecto contribuya a la mejora de la eficiencia energética, reducción de emisiones o rehabilitación de edificios. Además, los programas autonómicos suelen estar cofinanciados con fondos europeos.
Sectores como el agrícola y el industrial pueden acceder a líneas de financiación adicionales (por ejemplo, del IDAE o de agencias regionales de energía), especialmente si el proyecto se integra dentro de un plan de descarbonización o eficiencia energética.
En resumen: sí, existen ayudas combinadas que permiten cubrir buena parte de la retirada del amianto y la instalación de paneles solares, sobre todo si se planifica todo el proyecto de forma conjunta.
Consulta nuestra guía completa de subvenciones para placas solares por Comunidad Autónoma para ver qué programas están activos en tu zona y cómo solicitarlos.
En 2023, Cataluña aprobó la futura Ley del Amianto, que establece 2032 como fecha límite para retirar todo el amianto de edificios públicos y privados. Otras comunidades como País Vasco o Baleares están estudiando medidas similares. A nivel estatal, el Plan de Acción para la Eliminación del Amianto 2023-2030 marca una hoja de ruta para erradicar este material en todo el territorio.
Esto significa que, tarde o temprano, las empresas y propietarios deberán actuar. Hacerlo ahora, de forma planificada y aprovechando las ayudas disponibles, puede suponer un importante ahorro a medio plazo.
Si gestionas una nave industrial, un almacén o una explotación agroganadera con cubierta de uralita, estás en un punto clave para liderar la transición energética. Puedes:
Desde Solfy te ayudamos a analizar tu caso y valorar la viabilidad de una instalación solar tras la retirada del amianto. Lo hacemos de forma clara, sin letra pequeña, y con acompañamiento técnico en todo el proceso.
En Solfy creemos que el amianto ya no es solo un problema de salud pública, sino una barrera estructural para avanzar hacia un modelo energético más limpio, descentralizado y seguro. Superarla no es una opción: es el primer paso hacia un futuro más autosuficiente.
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Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST)
Agència de Residus de Catalunya (ARC)