Las instalaciones fotovoltaicas pueden hacerse con acumuladores para placas solares, también llamados baterías.
Todo depende del tipo de instalación que se lleve a cabo y de las necesidades de cada propietario.
A continuación te explicamos qué son y cómo funcionan.
¡Sigue leyendo!
¿Qué son?
Los acumuladores para placas solares son unos dispositivos, anexos a los paneles, que se encargan de recoger la energía eléctrica que éstos generan y que no es utilizada en ese momento.
Al almacenarla, está disponible para utilizarse en cualquier momento, principalmente en las horas sin luz solar en la que los paneles no recogen energía solar.
¿Es obligatorio ponerlos en tu instalación?
No, no es obligatorio que los incluyas en tu instalación, pero sí es recomendable. Ya que al contar con ellos se puede seguir utilizando energía solar durante todo el día, incluida la noche, sin necesidad de utilizar la proporcionada por la comercializadora, lo que le da a la vivienda una mayor autonomía. Por tanto, el ahorro en la factura de la luz es mayor.
¿Cómo funcionan?
Los acumuladores para placas solares tienen un funcionamiento muy sencillo, ya que solo hay que conectarlos a la instalación fotovoltaica.
Se basan en el principio de oxidación y reducción de los elementos químicos que están presentes en sus componentes. Las baterías están compuestas por celdas químicas que tienen un polo negativo y otro positivo y, además, electrolitos que hacen que el flujo eléctrico avance hacia el exterior. Es en estas celdas donde se lleva a cabo la reacción química que hace que la energía se transforme en electricidad y están preparadas para, al mismo tiempo, evitar que se descarguen.
¿Qué tipos de acumuladores para placas solares existen?
Existen diferentes tipos de acumuladores para placas solares que varían, principalmente, según su potencia, los materiales con los que se han fabricado, la capacidad de almacenaje con la que cuentan y el uso al que están destinados.
Algunos de ellos son:
- Baterías Monoblock; son las más utilizadas en instalaciones pequeñas que requieren de una baja o media potencia.
- Baterías de gel; indicadas para las instalaciones de tamaño medio o grande donde es necesario contar con una elevada potencia durante periodos de tiempo más largos.
- Baterías estacionarias: para un consumo, también, medio alto. Se pueden utilizar diariamente y son aptas para cualquier tipo de instalación fotovoltaica puesto que garantizan un muy buen rendimiento.
- Baterías de litio: no tiene efecto memoria y ofrecen una buena respuesta ante la posibilidad de descargas profundas. Tienen una gran durabilidad y se pueden descargar al 100%.
- Baterías AGM; son la versión mejorada de las baterías de gel. Proporcionan una gran potencia energética en cortos periodos de tiempo y absorben la energía con mucha rapidez.
¿Cuál es su vida útil?
En función del tipo que se haya escogido de acumuladores para placas solares, la vida útil puede ser más o menos larga, pudiendo ir desde los 10 años, en los tipo monoblock, por ejemplo, o hasta los 20 años, en el tipo de las estacionarias.
Para saber si es necesario o no la instalación de una batería, es importante tener en cuenta las necesidades del inmueble donde se ha llevado a cabo la instalación. Y, en función de ello, si se decide poner, escoger entre los diferentes tipos de acumuladores para placas solares que más rendimiento pueda aportar a la instalación.
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